Finalidad de las espinas en las plantas

En este artículo hablaremos de la finalidad de las espinas en las plantas y de cuáles podrían ser las correlaciones con el clima y también con otros agentes externos que habrían llevado la evolución en esa dirección. El nacimiento de este artículo hace referencia a una discusión que tuvo lugar en nuestro grupo de telegramas en la que nos preguntábamos cuál era la finalidad de las espinas en las plantas y cuáles eran las posibles causas o correlaciones con el entorno.

Las espinas como defensa contra los animales

Las espinas, y en general todas las estructuras espinosas, sirven para defender a los seres vivos (incluidas las plantas) de las amenazas. La principal amenaza para las plantas la representan sin duda los insectos. Si observamos detenidamente las plantas con una presencia muy densa de espinas, nos damos cuenta enseguida de que este tipo de estructura dificulta la penetración de los insectos en las partes blandas y vulnerables de la planta.

Cuando las espinas son más finas y fuertes, podrían contribuir, junto con un mecanismo de toxicidad, a hacer la planta más indigesta para los herbívoros que, sin embargo, se equipan en consecuencia. De hecho, la evolución es como una partida de ajedrez que ofrece una contramovida para cada movimiento. Independientemente de la visión que se tenga del ecosistema, todos los seres vivos, en su momento, intentan sacar adelante su propia especie de forma más o menos consciente, enfrentándose a las dificultades a las que les expone el entorno en el que viven.


Un claro ejemplo de ello es el tardígrado, famoso por su capacidad para adaptarse a vivir en las condiciones más extremas. Este animal está dotado de capacidades particulares que probablemente examinaremos con más detalle en otro artículo.

No es raro que se formen espinas en las plantas que producen frutos o flores de tamaño considerable en comparación con su tamaño total.  Algunos ejemplos son la rosa, el chayote e incluso el más común calabacín. Dado que la floración y los frutos requieren mucha energía, especialmente en un organismo de tamaño limitado, existe la necesidad de protegerse de los animales que podrían comer las hojas necesarias para el crecimiento y la maduración.

Las espinas como defensa contra los agentes atmosféricos

Se ha observado que las espinas también desempeñan un papel decisivo en la termorregulación de la planta. En las zonas desérticas hay plantas suculentas que pueden soportar temperaturas muy altas durante el día y muy frías por la noche. Este mecanismo es posible porque las espinas de las plantas (y, en general, la gran mayoría de los elementos que componen los organismos multicelulares) tienen múltiples propósitos.

Las coníferas tienen estructuras muy elásticas en forma de aguja en lugar de hojas que les ayudan a soportar el peso de la nieve proporcionando la superficie adecuada. Una sustancia aceitosa en la superficie facilita el drenaje del agua, disminuye la capacidad adhesiva del hielo y protege las partes internas del frío. Para evitar el inconveniente de la menor capacidad de absorción (de luz solar y gas) debido a su particular conformación, estas estructuras permanecen verdes todo el año, duplicando así su eficacia.

Las espinas presentes en los cactus del desierto están liberadas de la función de absorber gas y luz solar porque durante el día hay más que suficiente de esta última. Por el contrario, además de proteger a la planta de cualquier depredador ávido de sus partes blandas ricas en agua, las espinas recogen las gotas de rocío en su superficie más rugosa para que la planta pueda disfrutar de la cantidad adecuada de humedad. El viento de los desiertos suele traer consigo pelos y pajas que se adhieren proporcionando una especie de abrigo que permite a la planta soportar las temperaturas extremas de la noche.

Los distintos tipos de espinas de las plantas

Como cualquiera de nosotros puede imaginar fácilmente, no todas las espinas que aparecen de forma natural en las plantas tienen la misma forma y función. Estos cambian según lo que me gusta imaginar como un proceso evolutivo aleatorio que ha dado razón a la entidad cuyas aberraciones han favorecido la existencia y la reproducción. De hecho, la naturaleza nos ofrece una variedad extraordinaria.

Los dardos son un tipo de estructura espinosa muy activa desde el punto de vista metabólico que se forma en la corteza. Un ejemplo que podemos apreciar en algunas bayas y rosas.

Las espinas de la hoja, que son básicamente una adaptación de la hoja en la que el borde lateral se lignifica formando normalmente excrecencias puntiagudas. Aunque la estética no es el objetivo de este tipo de adaptaciones, personalmente las encuentro muy bonitas. En este caso, observamos que la hoja conserva su función principal.


Las espinas de las estípulas se forman generalmente en las ramas más jóvenes que soportan las hojas. Las estípulas están determinadas por la zona de contacto entre la base de la hoja y la propia hoja. Este elemento puede convertirse en una hoja o en espinas. Podemos observar un ejemplo de ello en la acacia, donde adquieren una forma muy afilada.

Las espinas caulinares las podemos apreciar en el famosísimo espino blanco y cuya función principal es, sin duda, proteger a la planta de los animales hambrientos. Son esencialmente yemas que se lignifican y mutan con un proceso de lignificación.

Una curiosa evolución de la naturaleza está representada por un tipo de espinas que toman el nombre de raíces espinosas. Se trata de un tipo de mutación tan fascinante como críptico. En un momento dado, estas raíces dejan de crecer y se convierten en espinas. La hipótesis más aceptada sobre la función de estas espinas es que tienen una función de ventilación.

Con el paso del tiempo, el ser humano ha modificado la evolución natural de las plantas creando especies más cómodas de explotar. De hecho, no son infrecuentes las especies que se han cultivado o modificado genéticamente para que se desarrollen sin espinas. Este breve artículo termina aquí. No dude en dejar un comentario para dar testimonio de su paso y discutir los elementos que acabo de exponer.


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