La raza felina siamesa

La raza siamesa es una de las razas de gatos más conocidas.  Se dice que proviene de Siam (actual Tailandia), y en Europa y América llegó bastante tarde. Un par de gatos siameses fueron entregados por el emperador de Siam al cónsul inglés en 1880, pero su historia es muy larga, fue celosamente guardado como compañero de las familias reales y los líderes religiosos durante generaciones y sirvió como guardián de objetos preciosos y documentos guardados en los templos budistas. Incluso hay una leyenda sobre el templo del Dios de Siam. La leyenda habla de estos gatos que se usaban en el templo como guardianes del rey. Podían subir a las altas columnas que rodeaban el trono real y si alguien se atrevía a amenazar al rey, saltaban de las columnas y arañaban al desafortunado. Otras leyendas son sobre la apariencia de este felino. En una se dice que uno de estos gatos se encargaba de vigilar un valioso jarrón y para ello el animal enroscaba su cola alrededor del jarrón y lo miraba tan intensamente que sus ojos se cruzaban para siempre.  En otro se cuenta de un gato que se encargaba de vigilar los preciosos anillos, para ello el gato mantenía los anillos en su cola, creando un pliegue para que los anillos no se escaparan. Era una raza, sin embargo, poco conocida hasta la segunda guerra mundial, después de la cual se convirtió rápidamente en la más difundida en términos de registros. Inicialmente no tuvo mucha suerte, en la primera exposición felina donde apareció fue descrito por un periodista como un gato de pesadilla, por el contrario, rápidamente se hizo popular entre los amantes de Gran Bretaña, a pesar de sus ojos cruzados y su pliegue en la cola.

Carácter del gato siamés

Es un gato muy exuberante y cariñoso, y desde el punto de vista del carácter es el gato que más se parece al perro. De hecho, casi siempre se puede entrenar y acostumbrar a salir con la correa. Tiene un carácter muy extrovertido y vivaz, muy comunicativo y con un maullido particular que lo hace destacar de los demás gatos, con los que comunica sus deseos e ideas. Es un gato adecuado para familias con niños ya mayores, que necesita atención y que se juega con él un poco todos los días. No es un gato adecuado para la gente que quiere tranquilidad. Le gustan todos los miembros de la familia, pero elige uno en particular y establece una relación muy posesiva con esa persona. No es un gato que le guste estar solo, ni en compañía de otros animales, ni tampoco ama a los extraños que pueden entrar en la casa, al contrario, desconfía bastante de aquellos a los que no conoce bien. No todo el mundo es apto para vivir con un siamés, dado su “carácter”, no es el gato adecuado para gente nerviosa o impaciente. Si no dispone de rascadores o juegos que puedan estimular su curiosidad cuando esté solo durante mucho tiempo, a veces tiende a crear problemas al tratar de descargar la frustración causada por la falta de interacción social.


Características físicas

Es un gato muy hermoso, tiene un cuerpo delgado y flexible, ágil y muy elegante. Es de tamaño medio, el macho pesa de 3 a 5 kilogramos mientras que la hembra no supera los 3 kilogramos.  La cabeza es de forma triangular alargada con las orejas representando una larga extensión, siendo grandes y puntiagudas.  El hocico es delgado y en forma de cuña. Los ojos tienen forma de almendra y son de un color azul vivo y profundo. Las piernas son largas y delgadas, la punta de las piernas es delgada, delicada y pequeña. La cola también es muy larga y delgada. El pelo es corto y no tiende a perder mucho de él, ni siquiera durante los períodos de muda.  Es un pelo muy fino, corto, brillante y adherido al cuerpo.  La característica del pelo de este gato es que el color del pelo de la cabeza, cola y pies es más oscuro que el del pelo del cuerpo. Mientras que generalmente el color del cuerpo va del blanco al crema, hay muchos puntos de color más oscuros para el hocico y las extremidades, que van del rojo al azul y al chocolate.

Salud y nutrición

El gato siamés no requiere ningún cuidado especial. Un cepillado semanal con un paño o piel de ciervo es suficiente para darle su distintivo brillo. La nutrición y la dieta son básicas para esta raza, ya que estos felinos no necesitan engordar, dadas las largas y delgadas patas que tienen y que no son adecuadas para soportar un cuerpo pesado. Come prácticamente todo, pero la dieta debe ser dosificada, ya que tiene buen apetito. Las visitas al veterinario deben ser frecuentes, ya que es un poco consciente de la salud. Ocasionalmente pueden sufrir problemas de ojos cruzados, otitis y cálculos renales.

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