La raza canina americana Akita

La historia de la raza de perro Akita americano es bastante reciente, aunque la cepa de esta raza es muy antigua. Inicialmente, esta raza se desarrolló en la región montañosa del norte de la isla de Honshu, en la prefectura de Akita, de la que la raza toma su nombre. Hablamos ahora del Akita Inu, una raza canina japonesa, que ha sufrido variaciones a lo largo del tiempo debido a las guerras o a las modas del momento.

De hecho, los Akita Inu japoneses se utilizaban para la caza mayor de ciervos, jabalíes y osos, pero en el siglo XVIII se cruzaron con mastines molosos y de tipo Tosa para crear perros más aptos para las peleas, ya que en aquella época estaban muy de moda los combates de perros. Afortunadamente, a principios del siglo XIX las peleas de perros se declararon ilegales y se abolieron, y el akita siguió criándose como raza japonesa. Tanto es así que en 1931 fueron declarados oficialmente monumento nacional por el gobierno japonés.

Por desgracia, durante la Segunda Guerra Mundial, todos los perros, a excepción del pastor alemán, que se utilizaba con fines militares, tuvieron que ser sacrificados para proporcionar con su piel, ropa a los soldados y con su carne, comida. Esta raza, al igual que muchas otras, estuvo a punto de extinguirse durante esta guerra, pero afortunadamente se salvaron algunas cabezas llevándolas a pueblos aislados y haciéndolas cruzar con pastores alemanes, para burlar la ley.

De estos acoplamientos nació el Akita americano, ya que algunos ejemplares fueron llevados a Estados Unidos por los soldados americanos que volvían a casa. Mientras que con el Akita Inu en Japón, intentaron devolverle su pureza original.


La diferencia con su progenitor es que es más grande, más pesado y más potente en general que su homólogo japonés. En Estados Unidos esta raza también se emplea como perro policía o perro guía.  En el siglo XX esta raza se hizo aún más famosa gracias a la historia de Hachikō, que esperó durante 10 años todos los días en la estación el regreso de su amo, que desgraciadamente había muerto. También se hizo una película de esta historia y se colocó una estatua del perro en la estación japonesa, en el lugar idéntico donde Hachikō esperaba a su amo.

Carácter del Akita Americano

Como muestra la historia de Hachikō, la lealtad a su amo y a su casa es su principal característica. También es un animal inteligente, despierto, dulce y cariñoso, pero sólo lo será si se le acostumbra a la socialización desde pequeño. Su adiestramiento no es de los más sencillos, es un perro muy territorial y esto lo hace a menudo especialmente protector de su familia, y además tiende a apoderarse de ella si no se establece una relación de top dog con ella.  Debe entender quién manda, pero al mismo tiempo hay que ganarse su confianza y no por la fuerza. De hecho, demuestran ser infinitamente obstinados si se les obliga.

No se llevan muy bien con otros perros sobre todo del mismo sexo, por lo que también aquí es fundamental una socialización temprana. Son excelentes perros guardianes, son vigilantes, atentos y desconfiados con los extraños. Son muy protectores con los niños, siempre que pertenezcan a su familia y estén bajo la supervisión de un adulto. No es aconsejable dejar que se relacionen con niños desconocidos. Y como excelente perro guardián, es bueno que cualquier extraño que entre en su territorio esté debidamente acompañado por su dueño. También son excelentes perros de caza, pero es bueno recordar siempre esta característica. Existe el riesgo de que durante un paseo tal vez en un bosque y sin correa puedan oler alguna presa e intentar atraparla, desapareciendo de tu vista. Es bueno, de hecho, acostumbrar al perro desde su corta edad a no alejarse nunca demasiado de su amo, incluso si se le deja libre.

El Akita es también un excelente perro de compañía, que siempre requiere el contacto con su dueño. Sin embargo, no sufre si se le deja solo durante algunas horas y a la vuelta sabrá recibirle con alegría y exuberancia. Es un perro que vive bien en un apartamento pero necesitaría un jardín donde poder correr y jugar, aunque algún paseo siempre será bienvenido. Le gusta mucho jugar, tiene una excelente capacidad olfativa, por lo que es ideal para la búsqueda de pistas, juegos que estimulen el olfato, no es muy adecuado para el agility.

Apariencia del Akita Americano

El Akita Americano es un perro de gran tamaño, los machos pueden alcanzar hasta 60 kilos, las hembras, en cambio, un máximo de unos 35 kilos. Hay una gran diferencia entre el macho y la hembra, el macho puede ser reconocido a primera vista.  Es un perro de aspecto orgulloso y distinguido con una masa imponente. La estructura ósea es pesada y el cuerpo es musculoso y poderoso.

La cola es alta, muy gruesa y se lleva enrollada en la espalda o en el costado. La cabeza es maciza, bien proporcionada y triangular. Los ojos son pequeños, de color oscuro y casi triangulares. Las orejas, también pequeñas, están situadas en lo alto de la cabeza y están ligeramente inclinadas hacia delante y redondeadas en los extremos.

El pelo es doble y semilargo, tiene un subpelo espeso, suave y grueso, mientras que la capa de cobertura es lisa y un poco más rígida. Por lo general, la capa inferior tiene un color diferente al del pelo. El pelaje puede ser de cualquier color, como el rojo, el leonado, el blanco, el sésamo, el marrón, incluso con manchas o rayas; muchos ejemplares tienen también una máscara negra.

Salud y cuidados del akita americano

El Akita Americano es un perro robusto que no es propenso a sufrir grandes problemas de salud. Su esperanza de vida oscila entre los 12 y los 15 años. No teme al frío y se adapta sin problemas a las temperaturas más bajas.   Sin embargo, muestra una alta predisposición al eczema cutáneo y a la producción excesiva de sebo. También puede sufrir algunas intolerancias alimentarias, no es una raza que tienda a engordar, siempre que haga un ejercicio físico adecuado, pero es fundamental una dieta equilibrada.

El Akita Americano muda dos veces al año, en estas ocasiones pierde mucho pelo y es recomendable cepillarlo incluso dos o tres veces a la semana, si no, con una vez es suficiente. Las orejas, los ojos y la piel deben cuidarse y limpiarse regularmente. Son necesarios algunos baños al año, sólo cuando el perro está muy sucio.


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