La raza de perro Akita Inu japonés

La raza de perro Akita Inu japonés es una raza muy antigua, que ha sufrido, a lo largo del tiempo, por cruces debidos a diversas vicisitudes como guerras y costumbres, varios cambios. Inicialmente, era de menor tamaño, se utilizaban como perros guardianes o de caza y más tarde también como perros de pelea. Alrededor de la segunda mitad de 1800, hubo una demanda cada vez más masiva de perros de pelea y para tener perros cada vez más fuertes, se cruzaron con animales procedentes de Asia y Europa como el Mastín y el Tosa. Esto significó que el tamaño de estos perros aumentó. En el pasado se convirtió en el perro de los samuráis, el shogun y la aristocracia japonesa. En tiempos más modernos fueron empleados por la policía japonesa para vigilar las prisiones, mientras que hoy en día también se utiliza como perro de rescate, pero sobre todo como perro de compañía.

Por suerte, a principios del siglo XX se prohibieron las peleas de perros y fue a partir de entonces cuando se empezó a mejorar y preservar la raza con una cuidadosa selección para mantener la pureza de la misma.

Su origen proviene de las zonas montañosas y rurales de la prefectura de Akita, en Japón, de ahí su nombre, Akita, Inu en cambio significa perro en japonés. Corrió el riesgo de extinguirse durante la Segunda Guerra Mundial, en la que todos los perros, excepto los pastores alemanes, utilizados con fines militares, fueron confiscados y sacrificados para proporcionar al ejército pieles para vestirse y carne para alimentarse. Afortunadamente, algunos ejemplares fueron llevados al campo y a pueblos lejanos y para eludir la ley fueron cruzados con pastores alemanes.

En la posguerra se establecieron dos líneas de sangre, la pura y la nacida de los cruces. Varias hembras nacidas de los cruces fueron llevadas a los Estados Unidos, donde nació el Akita americano.


En 1931 el Akita fue declarado por Japón «monumento natural nacional» y hasta 1945 no se permitió su exportación. Sólo después de la Segunda Guerra Mundial, tras haber corrido el riesgo de desaparecer, esto fue posible.

Todavía hoy en Japón es costumbre regalar una estatuilla o un peluche del Akiro a los recién nacidos y a los enfermos, es el símbolo para desear salud y una larga y feliz vida. Y recordamos a Hachikō, que era un perro de raza Akita, que se hizo famoso por su gran fidelidad a su amo, el profesor Hidesaburō Ueno, agrónomo japonés. Este perro solía acompañar a su amo a la estación por la mañana y le esperaba por la tarde cuando regresaba. Su amo murió y durante 10 años siguió yendo a la estación a esperar su regreso. Se hizo una estatua de bronce en la estación de Shibuya, en el lugar donde Hachikō se paró a esperarlo.

Carácter del Akita Inu japonés

Como se puede ver en la historia del perro Hachikō, la lealtad es la principal característica de esta raza, pero no solo eso.  También es tranquilo, digno, sensible e inteligente. Pero tiene un temperamento feroz y su adiestramiento requiere una disciplina cariñosa, pero también mucha firmeza, ya que el perro tiende a imponerse. Por tanto, no es una raza fácil de adiestrar, hay que tener mucha paciencia y también conocimiento del carácter particular de este perro.

No tiene un sentido innato de la obediencia, sino que tiende a tomar sus propias decisiones, teniendo en cuenta, sin embargo, los deseos de su dueño, que debe tener mucho tiempo para dedicar a su socialización. No se lleva bien con otros animales, debido a su naturaleza de líder de manada; sólo puede llevarse bien con una hembra de la misma raza, o si es hembra con un macho. Especialmente con perros del mismo sexo puede ser agresivo, por lo que no es oportuno que haga amistad con otros perros.

No es un perro apto para personas mayores y niños, aunque hacia ellos puede desarrollar una especie de protección ya que los ve frágiles y por lo tanto siguen siendo figuras con las que interactuar con delicadeza, pero no es muy proclive al juego y a la interacción y se necesita cierta fuerza física para poder mantenerlo en caso de encuentros con otros perros en sus paseos, ya que es muy protector con su amo y con los miembros de su familia y puede ver en otros perros un peligro para sus humanos.

Requiere espacios propios, pero también puede vivir en un apartamento, siempre que se le deje espacio a diario para dar un largo paseo. En casa, pues, es siempre muy tranquilo y silencioso, tanto que algunos lo comparan con un gato. Sin embargo, es algo testarudo y tiende a ser susceptible cuando cree que se le ha reprendido injustamente. Con su propia familia, es muy dulce manteniendo su decoro y majestuosidad.

Aspecto de la raza de perro Akita Inu japonés

El Akita Inu es un perro grande que es muy vigoroso y fuerte. Está bien proporcionada, con un marco macizo, pero su aspecto es siempre muy digno, sencillo y dulce.  Tiene unas patas musculosas, redondeadas y gruesas que se asemejan a las de un gato y le dan ese andar tan característico. Su cola suele estar enrollada sobre el lomo, una característica que lo distingue de otras razas de perros.

La cabeza es muy ancha y proporcionada al cuerpo, las orejas son triangulares con la punta redondeada, macizas, erectas y llevadas inclinadas hacia delante, los ojos son pequeños, oscuros y profundos, casi triangulares y son muy expresivos. Su expresión es única, casi parece estar sonriendo.

El manto tiene un característico pelo liso y áspero de color leonado claro, rojizo, sésamo, tigre y blanco con porciones blancas en los lados del hocico, en las mejillas, en la mandíbula, en el interior de las patas, en el pecho y en la cola.  El subpelo es suave y grueso, mientras que el de cobertura es duro y liso. Pierde mucho pelo también en el periodo de muda, que tiene incluso más de dos veces al año.

Entre el macho y la hembra hay una clara diferencia de peso, el macho puede pesar incluso 50 kilos y más, la hembra 40 como máximo. Por lo tanto, se reconocen inmediatamente a primera vista.

Salud y cuidados de la raza de perro Akita Inu japonés

El Akita Inu es un perro que goza de buena salud, es robusto y tiene una esperanza de vida bastante larga, de una media de 13 años. Tiene una excelente resistencia física y a las bajas temperaturas, pero puede sufrir las enfermedades comunes de los perros grandes, como la displasia, el lagrimeo de los ojos, etc.


En cuanto al pelaje, éste debe cuidarse muy a menudo, sobre todo durante el periodo de muda, ya que tiende a perder mucho pelo, por lo que hay que cepillarlo al menos dos veces por semana y bañarlo cuando sea necesario.

No es un perro que tienda a engordar siempre que haga un ejercicio adecuado. Le gusta mucho el pescado.


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